Anuncios

En un pequeño pueblo llamado San Alegría, se encontraba una escuela primaria conocida por sus coloridos murales y su vibrante jardín. En esa escuela, los niños se preparaban para el inicio del nuevo año escolar con mucha emoción y un poco de nerviosismo, ya que se rumoraba que habría un maestro nuevo.

El primer día de clases, los estudiantes llegaron temprano, con sus mochilas llenas de útiles y sus corazones llenos de expectativas. La directora, la Señora Elena, se paró frente a los alumnos reunidos en el patio y les dio la bienvenida. Luego, presentó al nuevo maestro, el Señor Ricardo, un hombre de mediana edad con una sonrisa cálida y ojos llenos de sabiduría.

El Señor Ricardo saludó a los niños y comenzó su primer día de clases con una actividad especial. Pidió a cada estudiante que dibujara algo que los hiciera felices. Los niños se pusieron manos a la obra, creando dibujos de sus mascotas, sus familias, sus amigos y sus sueños. Al final de la actividad, el Señor Ricardo pidió a los niños que compartieran sus dibujos con el resto de la clase.

Mientras los niños mostraban sus obras de arte, el maestro notó que algunos estudiantes, como Luis y Sofía, parecían más retraídos y nerviosos. Cuando llegó el turno de Luis, mostró un dibujo de su perro y habló en voz baja. Algunos niños comenzaron a reírse y a hacer comentarios burlones. El Señor Ricardo intervino de inmediato.

—¡Alto, por favor! —dijo con firmeza, pero sin perder la calma—. En esta clase, todos debemos respetarnos y apoyarnos. Cada uno de ustedes es especial y tiene algo único que compartir.

Los niños se quedaron en silencio, sorprendidos por la intervención del maestro. El Señor Ricardo continuó con la clase, pero decidió que era necesario hacer algo más para abordar el problema del bullying.

Al día siguiente, el maestro llegó con una caja misteriosa. La colocó sobre su escritorio y, con una sonrisa intrigante, les dijo a los estudiantes que dentro de la caja había algo muy especial. Los niños se llenaron de curiosidad.

Anuncios

—Hoy, vamos a descubrir el secreto del jardín mágico —anunció el Señor Ricardo—. Pero primero, necesitamos una palabra mágica. ¿Alguien tiene una idea?

Después de varias sugerencias, eligieron la palabra «amistad». El Señor Ricardo abrió la caja y sacó unas pequeñas semillas.

—Estas son semillas mágicas de la amistad —explicó—. Cuando plantamos estas semillas y las cuidamos con amor y respeto, crecen y se convierten en hermosas flores. Pero si las ignoramos o las tratamos mal, no crecerán.

Los niños estaban fascinados. Salieron al jardín y, juntos, plantaron las semillas. Cada uno hizo una promesa de cuidar su planta y tratar a sus compañeros con amabilidad.

Con el tiempo, las plantas comenzaron a crecer, y con ellas, también creció un sentido de comunidad y respeto en la clase. El Señor Ricardo organizaba actividades que fomentaban la colaboración y la empatía, como juegos de equipo, proyectos de arte en grupo y sesiones de lectura donde compartían historias sobre la amistad y el respeto.

Luis y Sofía, quienes al principio se sentían inseguros, empezaron a participar más y a sentirse parte del grupo. El ambiente en la clase cambió drásticamente, y los niños aprendieron a valorarse unos a otros.

Un día, el Señor Ricardo organizó una actividad especial llamada «La Cinta de los Elogios». Cada niño tenía que escribir algo positivo sobre cada uno de sus compañeros en una cinta de papel. Luego, las cintas se unieron para formar una larga cadena que colgaron alrededor del aula. La clase se llenó de mensajes de apoyo y cariño, y los niños se dieron cuenta de lo importante que era reconocer y valorar las cualidades de los demás.

El proyecto del jardín mágico se convirtió en una tradición en la escuela, y cada año, nuevos estudiantes plantaban sus semillas de la amistad. La historia del Señor Ricardo y su enfoque amable y creativo para combatir el bullying se contaba una y otra vez, inspirando a generaciones de niños a ser amables y respetuosos.

Y así, en San Alegría, la escuela primaria se transformó en un lugar donde cada niño se sentía seguro, valorado y feliz, gracias al secreto del maestro y su jardín mágico de la amistad.

+CUENTOS CORTOS

+ BLOGLENTEJA

Anuncios

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde BlogLenteja

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo