
Las palabras lo acompañaron todo el camino de regreso: “Estás a cuatro jugadas de la verdad.”
Elías sentía que ya no caminaba sobre el mundo que conocía. Todo lo cotidiano —las calles, los faroles, los árboles gastados del vecindario— se sentían falsos, como el fondo de cartón de una escenografía.
Martín. El archivo. Las desapariciones. ¿Y si todo esto no había sido más que un experimento?
En su habitación, volvió a colocar el tablero de ajedrez sobre la mesa. La torre —la misma desde el primer mensaje— todavía estaba en C4. Cuatro jugadas. ¿Significaba que debía mover piezas? ¿O que él mismo era una pieza, y esas jugadas ya estaban en marcha?
Probó una hipótesis: mover la torre.
C4 a E4.
Nada.
C4 a C6.
En ese momento, su celular vibró. Un mensaje sin contacto, sin remitente.
“2 movimientos correctos. Faltan 2.”
Se le heló la sangre.
¿Lo estaban viendo?
Probó otra jugada. Torre a E6.
Silencio.
Movió la torre a D5.
Otro mensaje.
“3 movimientos correctos. Solo falta uno. Ya no hay vuelta atrás.”
Se quedó quieto, mirando la torre. Si hacía la cuarta jugada… ¿qué cambiaría?
La movió a F5.
Un zumbido. Un pitido tenue.
Desde el cajón del escritorio, un sonido débil emergía: el walkie-talkie que Martín solía usar cuando eran niños, el que Elías había guardado por nostalgia. Se había encendido solo. Una interferencia se abrió paso. Luego, una voz.
—Elías.
La voz era débil, rasposa. Pero la reconoció al instante. Era Martín.
—Te dije que no jugaras más.
—¿Dónde estás? —preguntó Elías, temblando.
—Ya no sé… Es como estar entre estaciones. Ellos usan los tableros. Las torres. Las fichas. Pero no lo ven todo. No saben que alguien está por romper el juego.
—¿Qué son “ellos”?
—S-I-A. No ISA. Sistema de Intervención Anónima. La red detrás del archivo S-1. Ni siquiera es un archivo. Es una trampa. Y tú estás dentro.
Y luego, con más urgencia:
—Elías, recuerda la secuencia. B4. F6. G1. D3. Las piezas están ahí. Usa el código. Antes de que se apague todo.
La señal se cortó.
Elías se lanzó al tablero. Las coordenadas… B4, F6, G1, D3. Anotó las letras de las piezas que estaban en cada una.
B4: un alfil. Letra “A”
F6: un caballo. Letra “C”
G1: una torre. Letra “T”
D3: un peón. Letra “P”
A – C – T – P.
Reorganizó: PACT, CAPT, PACT…
O ACTP… nada tenía sentido, hasta que recordó algo del primer video que le mandaron: en el fondo, pintado en un muro, había un número incompleto: “20—3”. ¿Podría tener relación?
Volvió a mirar las letras. Si A=1, C=3, T=20, P=16…
16, 1, 3, 20
P – A – C – T
PACTO
Una palabra clave.
Fue al casillero de Martín. Lo había conservado cerrado, como un santuario. Pero ahora tenía sentido intentar.
Marcó el código 1620.
Click.
Dentro solo había un cuaderno negro con la palabra “Jaque” en la portada. Lo abrió. Cada página era una lista con fechas, nombres, coordenadas. Personas que habían “salido del sistema”. Personas desaparecidas.
Y al final, un mapa con una línea en rojo desde la torre eléctrica hasta una vieja biblioteca abandonada. Allí, marcado con tinta azul, una palabra escrita con furia:
“HUB”
Un nodo.
Una conexión.
Martín había llegado muy lejos.
Y ahora, era su turno.
🧩 PISTAS PARA RESOLVER
- ¿Qué relación tienen las coordenadas del tablero B4, F6, G1 y D3 con el mensaje escondido en el walkie-talkie?
- ¿Qué significa la palabra “PACTO”? ¿Quiénes lo firmaron? ¿Es posible que sea una clave oculta en otra parte?
- ¿Qué o quién es el “Sistema de Intervención Anónima”? ¿Es una organización real o una ilusión creada para controlar?
- ¿Qué encontrará Elías en la biblioteca marcada como “HUB”? ¿Es un centro de control? ¿Un archivo oculto?


