
La masa madre es un fermento natural usado desde hace siglos para hacer panes deliciosos y saludables. Aporta un sabor único y una textura inigualable. También mejora la digestión y la calidad del pan. En esta nota, te explicamos cómo crear tu propia masa madre. Te mostramos cómo mantenerla saludable. Además, destacamos los beneficios de incluirla en tu cocina.
Ingredientes:
- Harina de trigo integral o centeno (la integral facilita el proceso gracias a sus microorganismos naturales).
- Agua potable a temperatura ambiente.
Instrucciones:
- Día 1: Mezcla 50 g de harina con 50 ml de agua en un frasco limpio. Remueve hasta obtener una textura homogénea. Cubre el frasco con una tela o tapa suelta para permitir que respire.
- Día 2: Revisa si hay burbujas (pueden tardar más en aparecer). Añade otros 50 g de harina y 50 ml de agua. Mezcla bien.
- Días 3 al 5: Alimenta tu masa cada día con la misma cantidad de harina y agua. Al quinto día, la masa debería estar burbujeante y con un aroma ligeramente ácido. Esto indica que está lista para usarse.
Cómo cuidar tu masa madre
- Alimentación regular:
- Si usas tu masa madre con frecuencia, aliméntala diariamente con harina y agua.
- Si no la usas constantemente, guárdala en el refrigerador y aliméntala una vez a la semana.
- Limpieza del frasco: cambia de recipiente cada dos semanas para evitar acumulación de residuos.
- Revitalización: si está débil (sin burbujas), alimenta con harina integral y déjala a temperatura ambiente hasta que recupere vigor.
- Hidratación correcta: mantén una proporción 1:1 de harina y agua para una masa estándar.
Beneficios de la masa madre
- Mejora la digestión: las bacterias y levaduras naturales descomponen los almidones y fitatos. Estos están presentes en la harina. Esto la hace más fácil de digerir.
- Aumenta los nutrientes: la fermentación mejora la biodisponibilidad de minerales como hierro, magnesio y zinc.
- Menor índice glucémico: los panes con masa madre liberan azúcares más lentamente, ayudando a mantener niveles estables de energía.
- Sabor y textura únicos: la fermentación aporta notas ácidas y una miga más esponjosa con corteza crujiente.
- Libre de aditivos: al hacer tu pan con masa madre, evitas los conservadores y químicos presentes en panes comerciales.
Hacer masa madre es un proceso sencillo, económico y sostenible que conecta con las tradiciones culinarias más naturales. Cuidar de ella puede ser como tener un pequeño proyecto vivo en casa. Te regala deliciosos panes y, además, ofrece múltiples beneficios para tu salud. ¡Anímate a crear la tuya y disfruta de los resultados!

