
Si alguna vez has probado un tomate delicioso y te has preguntado si podrías plantar sus semillas, la respuesta es sí. Conseguir semillas de tomate es fácil y una gran manera de multiplicar tus plantas favoritas. Aquí te explico cómo hacerlo.
Paso 1: elige el tomate correcto
No todos los tomates son ideales para obtener semillas. Busca tomates maduros y preferiblemente de variedades locales o heirloom (no híbridos), ya que los híbridos no suelen reproducir las mismas características de la planta madre.
Paso 2: extrae las semillas
- Corta el tomate por la mitad.
- Con una cuchara o los dedos, extrae las semillas junto con el gel que las rodea.
- Coloca las semillas en un recipiente pequeño.
Paso 3: fermenta las semillas
La fermentación es clave para eliminar el gel que recubre las semillas, que inhibe la germinación.
- Añade un poco de agua al recipiente con las semillas.
- Deja reposar 2-3 días a temperatura ambiente.
- Remueve diariamente. Verás una capa de moho formarse en la superficie (¡es normal!).
Paso 4: lávalas y sécalas
- Una vez que se haya formado el moho, enjuaga las semillas con agua limpia usando un colador fino.
- Extiéndelas sobre un papel absorbente o un plato para secarlas.
- Déjalas secar completamente durante 5-7 días en un lugar seco y sombreado.
Paso 5: almacena las semillas
Guarda las semillas en un sobre de papel o en un frasco hermético.
Etiqueta el sobre con el nombre de la variedad y la fecha de recolección.
Duran: hasta 4 años si se almacenan en un lugar fresco y seco.
Cómo usar las semillas
- Siembra las semillas en primavera, en semilleros bajo techo o directamente en el huerto si las temperaturas ya son cálidas.
- Mantenlas húmedas y a la luz hasta que germinen (10-14 días).
Tip lenteja: si tienes varios tomates, aprovecha para conseguir semillas de diferentes variedades. ¡Así tendrás un huerto lleno de sabores únicos!


