
Hacer sidra de manzana en casa es más fácil de lo que parece. Con esta receta sencilla y siguiendo unos cuantos pasos, podrás disfrutar de una sidra deliciosa, sin necesidad de equipos sofisticados. Lo mejor de todo es que puedes ajustar el nivel de dulzura o acidez a tu gusto. ¡Manos a la obra!
Ingredientes y materiales
- Manzanas frescas: 3 a 5 kg (puedes mezclar variedades dulces y ácidas para un mejor sabor).
- Azúcar (opcional): para ajustar el dulzor al gusto.
- Levadura (opcional): puedes usar levadura para sidra, levadura de vino o simplemente dejar que la fermentación sea natural.
- Agua (si es necesario)
- Exprimidor o procesador de alimentos para obtener el jugo de las manzanas.
- Recipiente de vidrio o plástico para la fermentación (garrafón o damajuana).
- Paño o gasa para cubrir el recipiente.
- Botellas de vidrio para embotellar la sidra.
1: Extrae el jugo de las manzanas
- Lava bien las manzanas y quítales el corazón y las semillas.
- Tritura las manzanas usando un procesador de alimentos o licuadora.
- Pasa el puré por un colador o una gasa para obtener el jugo de manzana.
Consejo: si quieres una sidra más turbia y artesanal, no filtres el jugo demasiado.
2: Fermentación inicial
- Vierte el jugo de manzana en el recipiente de fermentación, dejando un espacio de unos 5 cm en la parte superior para evitar que se derrame durante la fermentación.
- Si decides usar levadura, añade una pequeña cantidad y remueve bien. Si prefieres una fermentación natural, simplemente cubre el recipiente con un paño limpio y asegura con una banda elástica.
- Coloca el recipiente en un lugar fresco y oscuro (entre 18 y 24 °C).
Durante los primeros días, el jugo comenzará a fermentar. Notarás burbujas y un aroma más ácido, signo de que el proceso está en marcha.
3: Fermentación lenta (2 a 3 semanas)
- Después de 5 a 7 días, la fermentación se estabiliza.
- Deja reposar la sidra durante 2 a 3 semanas adicionales. Durante este tiempo, los sedimentos se depositarán en el fondo del recipiente y el sabor se irá desarrollando.
Consejo: prueba la sidra cada semana para ajustar el sabor. Si te gusta más dulce, añade un poco de azúcar disuelto en agua caliente.
4: Embotellado
- Filtra la sidra para eliminar los sedimentos y transfiérela a botellas de vidrio.
- Si deseas una sidra con gas, añade una pequeña cantidad de azúcar antes de embotellar (aproximadamente 1/2 cucharadita por litro). Esto activará una segunda fermentación en botella y producirá burbujas.
- Sella las botellas herméticamente y déjalas reposar en un lugar fresco durante 1 a 2 semanas.
5: Degustación y conservación
Tu sidra casera estará lista para beber después de dos semanas de reposo en botella. Guárdala en el refrigerador para detener la fermentación y mantenerla fresca.
Duración: la sidra se conserva durante varios meses en un lugar fresco y oscuro, aunque el sabor puede evolucionar con el tiempo.
Consejos
- Ajusta el dulzor: si prefieres una sidra más dulce, añade miel o azúcar antes del embotellado, pero recuerda hacerlo con moderación para evitar demasiada presión en las botellas.
- Aromatiza: añade canela, clavo o vainilla durante la fermentación para un toque especial.
- Sidra espumosa: añadir azúcar en el embotellado producirá una sidra más burbujeante.
Hacer sidra casera es un proceso gratificante que te conecta con la tradición artesanal. Ya sea que prefieras una sidra seca, dulce o aromatizada, tú controlas el resultado final. ¡Disfruta de tu sidra en buena compañía y celebra tus logros en la cocina casera!

