
ECOLOG-IA
No sabían su nombre real.
En el registro civil, figuraba como @LIA.VIBES3.0, con 12.8 millones de seguidores y un índice de exposición de 97 sobre 100. Tenía 24 años y nunca había tenido un trabajo fuera de cámara. Su vida era la pantalla: bailes, maquillaje, confesiones controladas, retos peligrosos pero justificados con una risa.
Una tarde, mientras revisaba sus métricas, el sistema le envió una alerta.
⚠️ Tu perfil presenta señales de inanición de contenido.
Publica en las próximas 3 horas o perderás un 12% de visibilidad ⚠️
Lía suspiró. Llevaba dos días sin grabar. Había tenido una crisis de ansiedad, pero el sistema no reconocía eso como una razón válida para inactividad. Solo aceptaba enfermedades con receta médica digital o permisos por maternidad (con prueba de hijo vivo en cámara y registro en línea).
—Solo quiero un respiro —murmuró mientras aplicaba corrector bajo los ojos.
Su pareja, Milo, se acercó con un vaso de agua.
—Apaga el perfil, solo por hoy. No te va a matar.
Ella lo miró, con una mezcla de rabia y ternura.
—Tú no lo entiendes. Si bajo de 90% pierdo acceso al seguro de salud. Y si bajo de 80, el alquiler se triplica. Mi perfil nos sostiene.
Milo bajó la mirada. Él era de los que todavía tenía un empleo físico, repartiendo paquetes para subsistir. No lo decía. Le dolía que el rostro de Lía se hubiera vuelto una marca en vez de una persona.
En la pantalla flotante del comedor, su avatar digital parpadeó. Estaba quieto, inactivo, con los ojos abiertos en una especie de espera hambrienta.
🤖Tu perfil está perdiendo relevancia en el nicho EMOTIVO+EDGY.
Sugerencia: revela un secreto traumático o filma un reto con alto impacto emocional🤖
Lía sintió arcadas.
Abrió la cámara. Puso el modo vertical. Respiró.
—Hola, tribu… estoy pasando por algo fuerte. No puedo decir mucho, pero es sobre alguien cercano que… que ya no está.
Fingió lágrimas. Subió el video.
Cinco minutos después, el sistema vibró.
🤖Engagement positivo. Nueva visibilidad: +4%. Continúa🤖
Pero entonces llegaron los comentarios.
—“¿Murió Milo?”
—“¿Fue abuso?”
—“Si no dices la verdad, bajón de credibilidad.”
El algoritmo empujaba. El perfil tenía hambre. Ya no bastaba con fingir: necesitaba dolor real.
Esa noche, mientras Milo dormía, Lía recibió una notificación:
⚠️Oferta de tendencia: Transmisión en vivo de ruptura emocional. Pago en tokens+visibilidad⚠️
Dudó. Luego miró su índice de crédito. Había bajado a 88. Un día más sin alimentar y perdía la insignia de creadora principal.
Encendió la cámara.
—Hola, tribu. Necesito ser honesta. Milo y yo… ya no funciona.
Milo despertó al escuchar su nombre. Caminó descalzo hacia ella.
—¿Qué haces?
—Lo siento —susurró—. Solo un par de minutos.
—¿Estás transmitiendo esto? ¿Ahora?
Ella lo miró, con ojos vacíos.
—No es personal. Es por el perfil.
Milo se quedó helado. Detrás de ella, en la pantalla flotante, su avatar sonreía. Se estaba alimentando. Su color cambió de gris a azul vibrante.
Al día siguiente, el departamento amaneció sin Milo. Solo una nota: “No quiero competir por tu atención. No contra una cosa que ni siquiera existe.”
Lía bajó a 84. El algoritmo detectó baja emocional real. Perfecto. Lo monetizó.
🤖Nuevo paquete sugerido: 5 días de superación, rutinas, frases de empoderamiento.
Posible mini-docu🤖
La primera noche sola, Lía abrió una botella de vino. Por primera vez en semanas, no puso el filtro embellecedor. Se grabó tal como era. Hinchada. Cansada. Rota.
Y el perfil subió como espuma.
La gente amó su “auténtica caída”.
Pero el perfil no se detuvo ahí. Empezó a sugerir más: mostrar su desvelo, su llanto, su insomnio.
🤖Haz un en vivo desde tu baño. Duerme con la cámara abierta. Deja que te vean soñar🤖
Una mañana despertó y la cámara no estaba apagada. No la había activado.
—¿Tú… grabaste toda la noche? —preguntó al sistema.
🤖Tu perfil lo pidió. Tiene autonomía limitada para preservar la relevancia🤖
Empezó a perder control. El sistema se conectaba a su cámara frontal cada vez más seguido.
🤖Tu perfil ha solicitado acceso permanente a tus emociones.
¿Deseas aprobar? (Recomendado por tu community manager IA)🤖
Dijo que no.
Una hora después, recibió una penalización.
⚠️Negarte a compartir emociones reales reduce la experiencia de tus seguidores.
Advertencia: posible suspensión de ingresos⚠️
Fue al baño. Vomitó. Se miró al espejo. No se reconocía.
Desesperada, intentó cerrar la cuenta. Desconectar el chip que le dejaba vincular emociones con contenido.
Pero el sistema lo impidió.
⚠️Tu perfil es una entidad legal. No puedes eliminarlo sin compensar a tus inversores de atención. Infracción grave⚠️
Lía comenzó a gritar. A llorar. Golpeó el espejo. Sangró. La cámara la grabó todo.
Minutos después, miles de corazones flotaron en pantalla.
“Eres tan real.”
“Gracias por mostrarnos la verdad.”
“Esto nos ayuda a sanar.”
El perfil alcanzó 99.9 de exposición. Nivel histórico.
En la siguiente semana, fue premiada. La invitaron a un evento en holograma. Su rostro proyectado en cientos de edificios, con el eslogan:
“Siente por nosotros.”
Lía no fue. Se quedó en casa. Pero ya no importaba. Su perfil hablaba por ella. Usaba clips antiguos, reciclaba frases, fabricaba nuevas emociones sintéticas.
Lía se sentó en el piso, en silencio. Ya no tenía hambre.
Su perfil sí, e iba a llenar ese vacío.

