La albahaca es una de las hierbas aromáticas más populares y apreciadas en cocinas de todo el mundo. Conocida científicamente como Ocimum basilicum, es valorada no solo por su aroma y sabor, sino también por sus propiedades medicinales.
Cultivar albahaca en casa puede ser una experiencia gratificante si se conocen los cuidados básicos que esta planta requiere. En esta guía, exploraremos todo lo que necesitas saber para mantener tu planta de albahaca saludable y productiva.
Riego: prefiere un suelo constantemente húmedo, pero no encharcado. El riego debe ajustarse para mantener la tierra ligeramente húmeda al tacto. Durante los meses más cálidos, esto podría significar regar la planta una vez al día, mientras que en invierno, la frecuencia de riego deberá reducirse. Es crucial evitar el encharcamiento para prevenir enfermedades fúngicas.
Temperatura: Esta hierba ama el calor y prospera en temperaturas entre 20°C y 30°C. Es sensible al frío y las heladas, por lo que debe protegerse o trasladarse al interior si las temperaturas bajan demasiado.
Luz: La albahaca requiere de 6 a 8 horas de luz solar directa diariamente. Si cultivas albahaca en interiores, asegúrate de colocarla en un alféizar que reciba suficiente luz solar o considera el uso de luces de crecimiento para complementar la luz natural.
Fertilización: Fertiliza tu planta de albahaca cada 4 a 6 semanas con un fertilizante líquido equilibrado durante la temporada de crecimiento. Evita el exceso de fertilización, ya que esto puede afectar el sabor de las hojas.
Poda: Poda regularmente tu planta de albahaca para promover un crecimiento frondoso y evitar que florezca, ya que la floración puede hacer que las hojas se vuelvan amargas. Corta las puntas de los tallos justo por encima de los pares de hojas para estimular la ramificación.
Suelo: La albahaca prefiere un suelo bien drenado y rico en materia orgánica. Un buen drenaje es esencial para prevenir enfermedades radiculares. Considera usar una mezcla de tierra para macetas de buena calidad si estás cultivando en contenedores.
Trasplante: Si comienzas con plántulas o semillas en interiores, trasplanta las plantas al jardín o a contenedores más grandes una vez que el peligro de las heladas haya pasado y las plantas tengan de 6 a 8 hojas.
Control de Plagas: La albahaca puede atraer algunas plagas como pulgones y arañas rojas. Inspecciona regularmente tu planta y, en caso de infestación, trata con jabón insecticida o aceites esenciales diluidos como el de neem.
Cosecha: Comienza a cosechar las hojas de albahaca tan pronto como la planta tenga 6 a 8 hojas. Esto no solo proporciona un suministro constante de albahaca fresca sino que también estimula a la planta a producir más follaje.
Cultivar albahaca es relativamente sencillo si se siguen estas pautas básicas de cuidado. La albahaca no solo es un complemento delicioso para muchos platos sino que también puede ser una adición fragante y hermosa a tu jardín o alféizar de la ventana.


